ONE MORE DAY
Ahmmm pequeño, ¿nadie te ha dicho que haces muchas preguntas? Bien, bien, ya lo sé. Sé que te sientes en el derecho porque yo me acerqué a ti y ahora sé todo lo que debería y no de ti. Sin embargo, no te obligué a hacerlo, tú solo soltaste la lengua y ahora te vienes a dar cuenta en el lío en que te metiste. Vulnerable... Pero bueno, no es mi estilo dejar en ascuas a la gente, es simplemente un poco de diversión antes de que pase lo que tenga que pasar.
No te puedo decir quién soy porque ni yo lo sé, por ende sería absurdo hacerlo, pero puedo decirte quién no soy, si es que eso te sirve de algún consuelo... Como ves, no soy un ser muy atractivo, pero tengo ese "qué sé yo" que me hace interesante... Sí, sé que lo notaste, tampoco soy serio, no me gusta tomarme las cosas a pecho y tampoco enojarme o entristecerme... no, no ando con caras tristes. Tampoco soy de pocas palabras, creo que el lenguaje es lo más bello del mundo...¿imaginas un mundo sin comunicación... sin embelesamiento, sin frases hermosas, sin magia? Es imposible, es lo que hace que esto sea especial.
Yo... no soy inocente de muchas cosas, tampoco soy culpable de muchas otras... pero siempre tienden a nombrarme... tienden a llamarme o a rechazarme... Es extraño, gente que toda la vida me buscó, que toda la vida quiso estar junto a mi... es cosa de aparecer para que ese sentimiento se esfume. Debe ser que en el fondo, no me quieren realmente o piensan que soy diferente.
Es que mi problema es que soy un mensajero, un comunicador. Yo hago lo que nadie más quiere hacer, ese trabajo que todos detestan pero que en el fondo saben que es necesario. No sabes lo que es que todos te odien por simplemente existir. Sin embargo, es lo que me toca y no me puedo quejar por ello... Mal que mal soy bueno en lo que hago.
Sí, sé que quieres saber quién soy... créeme que yo también, pero lo importante es lo que hago y lo que no.
No creas que me gusta destruir familias, hogares, ilusiones. No... de hecho si pudiera evitarlo, lo haría. Pero las personas son tan extrañas, se apegan a tantas cosas intrascendentes durante sus vidas que finalmente, dejan de lado las que realmente importan. ¿Lo has notado?
Nadie dedica tiempo a lo que le importa, todos sólo se lamentan, lloran y se empecinan... y dele y dele y dele... necios, testarudos.
Quizá... quizá si las circunstancias fueran otras mi labor sería innecesaria, pero ni siquiera... jajaja, ¿te logras imaginar la risa sin llanto, la pena sin felicidad, el odio sin amor, la vida sin muerte? No, no, pequeño, es imposible... realmente es imposible. Y ahí es donde entro yo en juego.
Mi carta es sólo un lado de la balanza. Si me vieras solamente a mi no entenderías el por qué. Y de hecho creo que aún no lo haces. Viste siempre el otro lado, ahora que puedes verme, que puedes tocarme, que estoy justo frente a ti... no eres capaz siquiera de articular todas aquellas preguntas que te carcomían los sesos, de establecer esas comparaciones absurdas, de reprocharme todo lo que por tanto tiempo guardaste dentro.
No te desesperes aún, que no he terminado, además, todavía no es momento para dejarte ir...
Quiero que aprendas, que por fin te des cuenta de todas las cosas que te pierdes y de todas las que perdiste y perderás. Sé que luego me odiarás aún más de lo que ya lo hacías, que detestarás mi mera existencia, que cada vez te acordarás de este momento y lamentarás no haberme dado ese puñetazo que quieres darme... lo veo en tu puño, cerrado, temblando.. lo veo en ese rechinar de dientes tan particular... sé que quieres matarme en este preciso instante... ja! qué irónico.
Esto, bueno, la verdad no es parte de mi trabajo. Pero tu caso es particular... eres de aquellos que siempre pensó en mi, que siempre me llamó, que siempre quiso verme de cerca. Pero eres de los egoistas que no quería que nadie más me viera. Nunca le deseaste mal a nadie ¿verdad? Siempre te hacías el fuerte, que nada podría herirte... pero en el fondo, lo único que querías era terminar con todo este dolor. Y por eso no parabas de llamarme... dormido, despierto, a toda hora.
Lo especial es que ahora que me tienes en frente te mantienes impávido. Salvo por ese arranque de ira...¡ira! Realmente eres un caso... No lloras como todos, no ruegas como todos... Simplemente te mantienes ahí, esperando que yo y mis pensamientos erráticos te den la respuesta a todo este embrollo.
Vuelves a preguntar quién soy.. ¿es que aún no lo adivinas o simplemente quieres oirlo de mi boca? Aún no es momento para que vengas conmigo, pero tampoco lo es para dejarte ir.
¿Qué puedo hacer contigo, pequeño?
Ahmm, entiende, este es mi papel y no puedo dejar de cumplirlo. Sé que te he quitado mucho... más de lo que cualquier cordura pudiese aceptar. Quizá por eso no reaccionas como el resto ante mi, me has visto varias veces y no me has podido olvidar.
Ahora sé qué puedo hacer contigo. Te doy la oportunidad de elegir... ya sabes quién soy, te lo he dicho todo el tiempo, más de una vez... Mira atrás y dime si ha valido la pena... si es así, vendrás conmigo. Si en cambio, piensa que aún tienes algo por hacer....
...
está bien, sabía que dirías eso. Eres demasiado egoista pues no quieres que nadie me vea... sin embargo, sabes que algún día ella también me verá y no sé si sea antes o después de nuestro próximo y definitivo encuentro, querido...
...será un hasta pronto...
más pronto de lo que crees...
Ahmmm pequeño, ¿nadie te ha dicho que haces muchas preguntas? Bien, bien, ya lo sé. Sé que te sientes en el derecho porque yo me acerqué a ti y ahora sé todo lo que debería y no de ti. Sin embargo, no te obligué a hacerlo, tú solo soltaste la lengua y ahora te vienes a dar cuenta en el lío en que te metiste. Vulnerable... Pero bueno, no es mi estilo dejar en ascuas a la gente, es simplemente un poco de diversión antes de que pase lo que tenga que pasar.
No te puedo decir quién soy porque ni yo lo sé, por ende sería absurdo hacerlo, pero puedo decirte quién no soy, si es que eso te sirve de algún consuelo... Como ves, no soy un ser muy atractivo, pero tengo ese "qué sé yo" que me hace interesante... Sí, sé que lo notaste, tampoco soy serio, no me gusta tomarme las cosas a pecho y tampoco enojarme o entristecerme... no, no ando con caras tristes. Tampoco soy de pocas palabras, creo que el lenguaje es lo más bello del mundo...¿imaginas un mundo sin comunicación... sin embelesamiento, sin frases hermosas, sin magia? Es imposible, es lo que hace que esto sea especial.
Yo... no soy inocente de muchas cosas, tampoco soy culpable de muchas otras... pero siempre tienden a nombrarme... tienden a llamarme o a rechazarme... Es extraño, gente que toda la vida me buscó, que toda la vida quiso estar junto a mi... es cosa de aparecer para que ese sentimiento se esfume. Debe ser que en el fondo, no me quieren realmente o piensan que soy diferente.
Es que mi problema es que soy un mensajero, un comunicador. Yo hago lo que nadie más quiere hacer, ese trabajo que todos detestan pero que en el fondo saben que es necesario. No sabes lo que es que todos te odien por simplemente existir. Sin embargo, es lo que me toca y no me puedo quejar por ello... Mal que mal soy bueno en lo que hago.
Sí, sé que quieres saber quién soy... créeme que yo también, pero lo importante es lo que hago y lo que no.
No creas que me gusta destruir familias, hogares, ilusiones. No... de hecho si pudiera evitarlo, lo haría. Pero las personas son tan extrañas, se apegan a tantas cosas intrascendentes durante sus vidas que finalmente, dejan de lado las que realmente importan. ¿Lo has notado?
Nadie dedica tiempo a lo que le importa, todos sólo se lamentan, lloran y se empecinan... y dele y dele y dele... necios, testarudos.
Quizá... quizá si las circunstancias fueran otras mi labor sería innecesaria, pero ni siquiera... jajaja, ¿te logras imaginar la risa sin llanto, la pena sin felicidad, el odio sin amor, la vida sin muerte? No, no, pequeño, es imposible... realmente es imposible. Y ahí es donde entro yo en juego.
Mi carta es sólo un lado de la balanza. Si me vieras solamente a mi no entenderías el por qué. Y de hecho creo que aún no lo haces. Viste siempre el otro lado, ahora que puedes verme, que puedes tocarme, que estoy justo frente a ti... no eres capaz siquiera de articular todas aquellas preguntas que te carcomían los sesos, de establecer esas comparaciones absurdas, de reprocharme todo lo que por tanto tiempo guardaste dentro.
No te desesperes aún, que no he terminado, además, todavía no es momento para dejarte ir...
Quiero que aprendas, que por fin te des cuenta de todas las cosas que te pierdes y de todas las que perdiste y perderás. Sé que luego me odiarás aún más de lo que ya lo hacías, que detestarás mi mera existencia, que cada vez te acordarás de este momento y lamentarás no haberme dado ese puñetazo que quieres darme... lo veo en tu puño, cerrado, temblando.. lo veo en ese rechinar de dientes tan particular... sé que quieres matarme en este preciso instante... ja! qué irónico.
Esto, bueno, la verdad no es parte de mi trabajo. Pero tu caso es particular... eres de aquellos que siempre pensó en mi, que siempre me llamó, que siempre quiso verme de cerca. Pero eres de los egoistas que no quería que nadie más me viera. Nunca le deseaste mal a nadie ¿verdad? Siempre te hacías el fuerte, que nada podría herirte... pero en el fondo, lo único que querías era terminar con todo este dolor. Y por eso no parabas de llamarme... dormido, despierto, a toda hora.
Lo especial es que ahora que me tienes en frente te mantienes impávido. Salvo por ese arranque de ira...¡ira! Realmente eres un caso... No lloras como todos, no ruegas como todos... Simplemente te mantienes ahí, esperando que yo y mis pensamientos erráticos te den la respuesta a todo este embrollo.
Vuelves a preguntar quién soy.. ¿es que aún no lo adivinas o simplemente quieres oirlo de mi boca? Aún no es momento para que vengas conmigo, pero tampoco lo es para dejarte ir.
¿Qué puedo hacer contigo, pequeño?
Ahmm, entiende, este es mi papel y no puedo dejar de cumplirlo. Sé que te he quitado mucho... más de lo que cualquier cordura pudiese aceptar. Quizá por eso no reaccionas como el resto ante mi, me has visto varias veces y no me has podido olvidar.
Ahora sé qué puedo hacer contigo. Te doy la oportunidad de elegir... ya sabes quién soy, te lo he dicho todo el tiempo, más de una vez... Mira atrás y dime si ha valido la pena... si es así, vendrás conmigo. Si en cambio, piensa que aún tienes algo por hacer....
...
está bien, sabía que dirías eso. Eres demasiado egoista pues no quieres que nadie me vea... sin embargo, sabes que algún día ella también me verá y no sé si sea antes o después de nuestro próximo y definitivo encuentro, querido...
...será un hasta pronto...
más pronto de lo que crees...
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