domingo, 13 de marzo de 2011

[Crítica Literaria: Los Propios Dioses]



Se me hace un poco difícil escribir una crítica acerca de alguien a quien realmente admiro, por lo tanto no sé si pueda explayarme como corresponde al respecto, sin embargo haré lo mejor que pueda.
Me encanta comprar libros de ciencia ficción, sobretodo en ferias donde los encuentras usados, casi de las primeras ediciones, con ese olor característico y que te obliga a leerlos con cuidado para no estropearlos o perder páginas... esa es una de las características del ejemplar en cuestión. Sé que seguramente ya se están reimprimiendo obras de Asimov (no me cabe duda de ello con el apogeo que está comenzando lentamente a tener la ciencia ficción nuevamente), pero no hay forma que disfrute más que con estas ediciones antiguas...
"Contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano"... es lo que ronda a esta historia. Los propios dioses es un relato maravilloso, en el que Asimov te muestra de la forma más cruda posible cómo los seres humanos podemos llegar a ser los reyes de la estupidez con todas sus letras y cómo las personalidades individuales y colectivas nos guían para cumplir nuestros objetivos y para sobreponer nuestros intereses personales por sobre cualquier otra idea.
La historia narra como, a raíz de una casualidad, se genera un tipo de energía gratis, perdurable y limpia, ideal ante cualquier punto de vista, por medio de una bomba de electrones capaz de dirigir la energía de un parauniverso (o universo paralelo) hacia el nuestro y vice versa. Además de mostrar todos los meollos científicos y la política que se genera a través de la obtención de un poder tan grande a manos de un solo responsable.
Realmente, es sorprendente cómo podemos vernos disminuidos ante la sola idea de pensar en que nuestro universo no sería el único existente, cómo podría ser la vida que se encontrara en este paralelismo y cómo los intereses de cada uno podrían irse entremezclando. El paralelismo de las historias, la inmensidad del universo que se nos presenta y la infinidad de la estupidez humana hacen de este libro algo que no te puedes perder.
Si disfrutas de la ciencia ficción, sabrás que Asimov es, con todas sus letras, un maestro, así que sobran las palabras al momento de decir lo recomendable que resulta este ejemplar en tu biblioteca.